viernes, marzo 15

LA VENGANZA


 Ayer 14 de marzo el locutor rabioso de Ruanda me insultó en su programa, quince años después de hacerlo profusamente desde las mañanas de la COPE. Ayer, en su programa de radio, uno de esos negocios que pudo montarse con adjudicaciones y compra de acciones de las empresas por obra y gracia del PP (Esperanza Aguirre, Ángel Acebes…), volvió a escupir su veneno. Estaba el personaje hablando con el director de OK diario Eduardo Inda sobre el despido de dicho medio digital de Beatriz Talegón, refiriéndose a mí porque también escribo en OKdiario. Dijo que era analfabeto y que fui la cabeza de defensa de la Policía y de los que habían apoyado la versión oficial del 11M. Por no perder la costumbre, mintió. Inda le respondió que yo era honrado, lo que le agradecí ayer al conocer los hechos y buscar la emisión del medio en cuestión.

Si hay algo de lo que he presumido siempre es de ser desertor del arado. Analfabeto que dejé la escuela a los 13 años para trabajar y decidí ingresar en la Policía el día que cogiendo aceitunas comprobé que no podía desabrocharme los botones del pantalón por tener las manos heladas. Ese calificativo no me ofende. Siempre he presumido de honradez, de decencia y de capacidad de trabajo. Acepto lecciones del locutor rabioso de Ruanda sobre cómo hacer dinero contando mentiras, difamando y vendiéndose al poder político, pero de honradez se las puedo impartir ampliamente porque él no sabe lo que es. Seguro que les suena de algo la matanza de Ruanda, un genocidio cometido en 1994 en el que murieron un millón de personas, la mayoría tutsis a manos de hutus, que ostentaban el Gobierno y alentaron la masacre. La radio de las Mil Colinas tuvo un papel destacado incitando al exterminio de los tutsis, por lo que una de las seis locutoras que se sucedían en los micrófonos, Valerie Bemeliki, cumple condena a cadena perpetua. Lo de “locutor rabioso de Ruanda” dirigido al personaje está relacionado con el odio que expresa desde siempre en las ondas a todo el que no le baile el agua. No es solo contra la izquierda, no, a Mariano Rajoy lo fustigó con críticas brutales y apelativos como “maricomplejines”, que todos los que conocen algo de los cenáculos políticos de Madrid saben qué quería decir.

LO QUE EL LOCUTOR RABIOSO NO CUENTA

Unas semanas después de los atentados del 11M el secretario general de CEP, Ignacio López (hoy inspector, con medalla roja pensionada y habiendo pasado por una embajada), me propuso que avaláramos con entrevistas y notas de prensa la teoría de la conspiración que exponía cada día con insultos, descalificaciones y difamaciones, especialmente contra policías, el locutor de Ruanda. Le dije que no, que estaba insultando a afiliados de mi sindicato, que era una locura pretender que los atentados fueron organizados por el CNI, el PSOE, ETA y policías socialistas y que no solo no apoyaría esa barbaridad sino que combatiríamos dicha mentira que afectaba a afiliados. Supongo que así se lo trasladaron. Para escribir todas las mentiras que el locutor rabioso contó de policías debería escribirse un libro. Baste un ejemplo de una de ellas que afectó al comisario afiliado al SUP Telesforo Rubio, que difundieron profusamente como prueba evidente de la implicación de policías y el PSOE en los atentados. Telesforo estuvo destinado en la comisaría del distrito Centro de Madrid y el Gobierno de Zapatero lo nombró comisario general de Información tras el 11M. En las investigaciones que llevaron a cabo periodistas sobre los terroristas del 11M alguien les dijo que uno de ellos había sido seguido por el grupo de estupefacientes de la comisaría de Centro y habían cesado dicho seguimiento por orden del comisario Telesforo. Falso. La retirada de ese seguimiento al terrorista del 11M y a otros cientos de sospechosos delincuentes se produjo por una decisión del Ministerio de Interior del PP, en el marco del programa policía 2000, y supuso la reducción de los grupos de investigación destinando a más policías de uniforme a las calles, entre otras cosas para hacer identificaciones ilegales y masivas pretendiendo una inútil justificación estadística que sigue vigente en la actualidad. Cuando Telesforo fue nombrado comisario del distrito de Centro hacía más de un año que se había retirado el seguimiento a decenas de chorizos de la zona por la reducción de los grupos dedicados a ello en todas las comisarías de Madrid. Apoteósica fue una tribuna de opinión del entonces diputado de UPN Jaime Ignacio del Burgo, asegurando la mentira de que Telesforo había retirado el seguimiento al terrorista y que eso, con su posterior nombramiento, era un escándalo por el que pedía explicaciones al Gobierno del PSOE. A la vez el locutor rabioso exigía paredón para todos los afectados por esa y otras mentiras y los políticos cobardes repetían como loros sus consignas. Mientras insultaba y difamaba su faltriquera no dejaba de sumar cientos de miles de euros.

El 11M quedó sin investigar porque no hubo voluntad política para hacerlo y porque los de la teoría de la conspiración cerraron esa posibilidad. Un director de un digital de reciente nacimiento que escribió un libro con el título de este escrito, La Venganza, fue uno de los varios periodistas a los que expuse mi opinión de que los servicios secretos de Marruecos y Francia sabían cosas que no habían contado. Me lo confirmó, quizás sin querer, un político del PP que era alto cargo de Interior en la fecha de los atentados; unos años después en una comida a solas le planteé dicha cuestión y su respuesta, tras un espeso silencio, fue “¿y si fuera como tú dices, qué podíamos hacer, declarar la guerra a Marruecos?”.

Como el sindicato mantuvo que no había policías implicados en los atentados, que eran islamistas y que nadie del PSOE, ETA, CNI ni Policía Nacional tenía nada que ver, el locutor rabioso dedicó muchas mañanas  a difamarme, como a otros policías de distinta graduación, en mi caso por la supuesta condición de afiliado al PSOE y por ello, cómplice de la trama terrorista del 11M. Había sido afiliado al PSOE y me fui en 1991, remitiendo carta a Corcuera por encarcelar y expulsar a guardias civiles demócratas. Casualmente, o no, en los meses posteriores acumulé cuatro expedientes disciplinarios y el asesor del ministro, Jesús Armendariz, me llamó para decirme que me iban a expulsar de la Policía. Aun en el supuesto de haber sido afiliado al PSOE en 2004, solo a un enfermo mental se le ocurre elaborar una relación de causa-efecto entre militancia en el PSOE y policía terrorista. Hasta 40 horas de grabación se fueron recopilando durante meses y se presentó una querella que al final de muchas vicisitudes no prosperó, porque según el juez ser periodista te da patente de corso para acusar, injuriar y difamar a un policía y dirigente sindical. También los jueces tienen miedo de una lengua venenosa como la del personaje, que morirá intoxicado el día que se la muerda.

MÁS LEÑA AL FUEGO USANDO EL TERRORISMO PARA LLENAR EL BOLSILLO

Cuando el gobierno de Zapatero presentó al Congreso en el año 2005 un documento que era más exigente con ETA que los seis anteriores aprobados para que se disolvieran, el SUP apoyó al Gobierno y al congreso. Se valoró la conveniencia o no de hacerlo y me opuse a dejar de hacer y decir lo que creíamos mejor para los policías y la ciudadanía por temor a que un iluminado rabioso nos criticara. Había muchos políticos con miedo a ese locutor, que desde los micrófonos de COPE tenía un gran altavoz para sus venganzas, filias y fobias. Ayer mismo deslizó que tras el atentado de Aznar el ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, lo llamó para que fuera al ministerio y darle explicaciones. Retomando el asunto del apoyo a la negociación con ETA, conviene saber que cuando Aznar decidió, sin consultar al Congreso, abrir negociaciones con ETA, dijo que iba a ser generoso y denominó a los asesinos Movimiento Nacional de Liberación, el SUP también apoyó al Gobierno. Hasta dos editoriales en la revista sindical de la que se imprimían 10.000 números (conservo ejemplares de ambas), abogaban por estar siempre con el Gobierno para que fuera más fuerte contra los terroristas. No hubo ni una sola crítica de afiliados. Aznar liberó a decenas de terroristas entre 1998 y 2000 y uno de ellos asesinó dos años después de salir en libertad al concejal socialista en Orio Juan Priede. El ministro de Interior Mayor Oreja dijo en Sevilla en diciembre del año 2000, portada en el Diario de Sevilla en el II aniversario del asesinato de la familia Jiménez-Becerril, que estaba dispuesto a sentarse con ETA. No recuerdo que ninguna asociación de víctimas ni familiares de los asesinados lo insultaran, como hacían a menudo años después con Zapatero. Cuando hicimos con el Gobierno del PSOE lo mismo que con el del PP, apoyarlo para acabar con ETA, el PP utilizó el terrorismo como ha hecho siempre, con Rajoy de punta de lanza acusando a Zapatero de chapotear en la sangre de los muertos o de ser amigo de terroristas. El locutor rabioso encontró de nuevo viento en las velas para alentar el odio y nuevamente se acordó de mí, como hizo ayer 15 años después. Esos ataques no hicieron que variáramos nuestras decisiones. Nos costó una pérdida de 1.000 afiliados el año 2005 y provocó que mi prevista salida de la secretaria general en el congreso de ese año se aplazara. Ya llevaba 13 años en el cargo pero por unanimidad el congreso decidió que siguiera. Así lo hice hasta el año 2013 en que, a pesar de que se volvió a plantear por la práctica unanimidad mi continuidad decidí que ya era suficiente. El informe de gestión de este último congreso creo recordar que se aprobó por práctica unanimidad con abstención de dos delegados. El locutor rabioso no parece que influyera, ni mucho, ni poco ni nada, en la organización que representaba. Si entonces que dependía del voto de muchas personas sus insultos, amenazas y mentiras no me hicieron cambiar de opinión, no hace falta decir la importancia que le doy hoy a sus rebuznos.

EL LOCUTOR RABIOSO FUE DERROTADO

El locutor rabioso ayudó todo lo que pudo al sindicato que era segunda fuerza en la Policía, vaticinó el hundimiento del SUP durante años y fracasó. El año 2005 Zapatero me seguía invitando a café en Moncloa. Nos conocimos en 1995 siendo él el diputado responsable de cambiar la ley de segunda actividad, que se modificó incrementando la edad de pase a dicha situación de 50 a 55 años, con un incremento de 30.000 ptas. de entonces. En uno de esos cafés en Moncloa vi a su mujer que estaba afectada por los escraches, insultos y actos brutales que la extrema derecha, el PP y sus terminales mediáticas desplegaron contra él y esa misma tarde le remitimos un ramo de flores dándole ánimos. Los cafés acabaron en 2006 cuando Rubalcaba se opuso a, según él, ser puenteado. Cuando un tiempo después Rubalcaba me dijo que íbamos a ir a tomar café a Moncloa me negué. En esas primeras reuniones con Zapatero se habló de terrorismo, Alianza de Civilizaciones, equiparación salarial y otros asuntos diversos de interés para los policías y la Policía. David Taguas, responsable de la Oficina Económica de Moncloa, planteó dos fases para la equiparación salarial, la primera, que se cumplió entre 2005 y 2008 con un 12% de subida salarial media sobre el IPC que afectaron a segunda actividad (y más incremento porcentual a la escala básica que a la superior), y una segunda fase 2009-2012. Esta segunda fase tenía en cuenta un baremo que contenía el IPC de la provincia de destino, valoraba el salario que cobraban los policías de unidades adscritas a comunidades autónomas Valenciana, Andalucía y Galicia (unos 500 euros más/mes con menos riesgo y responsabilidad que los que no llevaban el escudo de la comunidad autónoma en el brazo); las viviendas de guardias civiles (un baremo en función del coste de alquiler y compra de vivienda en cada provincia), y salían unas tablas que daban como resultado que los policías en Cataluña cobraban más que los Mossos, en Madrid más que la Policía municipal, en Baleares casi como en Cataluña y en el País Vasco más que la Ertzaintza, y todo ello con un coste económico asumible. Taguas fue nombrado para otro cargo en mayo de 2008, poco después de nuestra última reunión. En aquellos documentos existía una justa equiparación salarial que se frustró por la crisis económica mundial que los ignorantes siguen imputando a Zapatero.

Mientras yo estaba en estas cosas sin que se me pegará ni un euro entre las uñas, pagando de la dieta sindical de manutención una parte de la letra de una vivienda que hoy es propiedad del sindicato, poniendo la cara ante las denuncias y querellas (66) de mandos, sindicatos, políticos… y 14 expedientes disciplinarios, con cero ascensos, cero medallas y cero embajadas que tan alegremente regalaban los políticos a otros dirigentes sindicales amigos del locutor rabioso, el personaje se hacía rico con concesiones de emisoras y compra de acciones de sus medios por políticos del PP de Madrid, y desde dichas plataformas mediáticas insultaba también a dirigentes del PP como Rajoy, que no se sometían a sus caprichos ni le financiaban sus ansias de expansión profesional y enriquecimiento. El locutor de Ruanda puede seguir derrochando todo el veneno que le rebosa desde su menguado púlpito de hoy. Quizás hasta pueda impartir lecciones de escritor culto a quien quiera recibirlas, pero de lo que no podrá dar lecciones nunca es de honradez y de vergüenza, aspectos del carácter y la personalidad que se obtienen con educación y buena crianza, esa que él nunca tuvo y que es imposible adquirir a su anciana edad.