En 1986 nacía el Cuerpo Nacional de Policía. Fusionaba el
Cuerpo de Policía Nacional militar y uniformado con el Cuerpo Superior de
Policía, de carácter civil. Ambos Cuerpos habían sufrido otra reconversión en
nombre y uniformidad en 1978, con la Ley de Policía de Martín Villa, que cambió
el nombre del cuerpo civil (de Cuerpo General a Cuerpo Superior) y el de la
policía militar (de Policía Armada a Cuerpo de Policía Nacional), cambiando
también su uniformidad de gris a marrón, como luego en 1986 cambió del marrón
al azul. La Guardia Civil permaneció con su mismo nombre, uniformidad y
carácter militar y si la ley de 1978 le restaba muchas competencias y centraba
su actividad en la zona rural, la de 1986 le abría puertas para convertirse en
la Policía del Estado con el transcurso de los años, sin renegar de su pasado, cambiar
su uniformidad, modificar la falta de respeto a los derechos de sus miembros, ni
menos renunciar a su carácter y estructura, militar, un anacronismo para servir
los derechos de una ciudadanía civil con derechos inalienables.