1. Dice Pablo Casado que no es de derechas, que es moderado. Así
está el país. No fue moderado para acabar su carrera y su máster en tiempo
récord, tras varios años atascado en cuanto entró en política. Menuda droga esa que
abre las neuronas hasta espacios desconocidos.
2. Dice Sánchez que los presupuestos serán progresistas, pero no excluyentes. No hay progreso donde hay desigualdad, nepotismo, corrupción, casta política parasitaria, 150.000 millones de gastos superfluos, 250.000 enchufados viviendo de mamandurrias. Eso es una cloaca, no progreso.
3. ¿Qué es ser progresista? ¿Defender un estado plurinacional
rompiendo el Estado-nación que es España? ¿Miles de enchufados y corruptos con
mamandurrias? ¿Desigualdad entre las personas y los territorios? ¿Memoria
Histórica sesgada, falsa, manipulada? ¿Culpables por ser hombres? Eso no es
nada progresista, eso es basura, doctrina partidista sectaria. Progresismo, de
avanzar, es defender un estado fuerte, eliminar a los vividores de
mamandurrias, cambiar la estructura que desangra la nación, garantizar la
igualdad entre personas y comunidades, la libertad de usar tu lengua en
cualquier parte del territorio, recibir enseñanza en educación, que la historia
manipulada no presente a los españoles como invasores fascistas, aclarar porque
si hay 100.000 denuncias por violencia de género y 100.000 hombres detenidos y solo hay 15.000 condenas y más de la mitad, por acuerdo, declarándose culpables
los hombres ante la evidencia de una condena injusta, brutal y sin pruebas, ¿significa que 85.000 son denuncias falsas? ¿O que hay 85.000 maltratadores
miserables, que merecen la cárcel, que quedan impunes? La transición de la
dictadura a la democracia derivo en una cloaca, una partidocracia corrupta, que
es lo que somos hoy como sociedad.
4. La
energía, el motor que mueve a los bolcheviques comunistas es el odio. Martín
Villa fue un buen ministro que superó momentos que ponían en cuestión el viaje
a la democracia. Esto no es justicia. La fiscal general española apoya a la
juez argentina. Hay un párrafo en mi libro sobre los incidentes de Vitoria,
ocurridos en enero de 1976. Es cierto que dispararon botes de humo dentro de la
iglesia y falso que dispararan cuando salían a los encerrados. Es cierto que
salieron muchos y rodearon a varios policías, que se defendieron. Solo echo en
falta una cosa en todo este asunto: que además de a Martín Villa se defienda al
capitán de Policía Armada que mandaba la fuerza, Compañía de Reserva General de
Miranda de Ebro, Jesús Quintana, que sigue vivo y está imputado. Los cuatro presidentes del gobierno, vivos, los líderes de UGT y CCOO y otras autoridades han dirigido escritos a la juez en defensa de Martín Villa.
5. Estoy
de acuerdo con el cartel de la película Patria, de HBO. No es equiparar, es que
un terrorista es un asesino y un torturador es un terrorista. Si el terrorista
es torturado es un crimen y si el torturador es asesinado, es un crimen. Somos
una sociedad podrida. La civilización en la humanidad
se sustenta en determinados valores que ni los terroristas ni los torturadores
aceptan. Ellos son la excrecencia, la vuelta al odio salvaje que sigue acompañando
a la humanidad en guerras y hambrunas.