Policías interrogan a ciudadanos en sedes policiales con capuchas
Esa es básicamente la noticia que conocimos ayer y sobre la que posiblemente mañana algunos medios vuelvan al asunto. El DAO y el Jefe Superior han anunciado la apertura de una investigación, los sindicatos SPP y CEP se han manifestado en contra de dicha práctica –dando por hecho por lo tanto que existe- y han culpado al comisario jefe de la Brigada Provincial de Información de Madrid en una actitud impresentable y miserable.
Desde hace muchos años todos los miembros de la Policía de la lucha contra el terrorismo de ETA e islamista, en el País Vasco y en la Comisaría General de Información, han preservado su imagen ante los terroristas y sus abogados. Lo hacen también los miembros de la Guardia Civil de dichos servicios cubriendo sus rostros. ¿Alguien cuestiona que sea así?
No existen capuchas en la BPI de Madrid. Sí es cierto que por iniciativa de quienes lo han hecho (de la escala ejecutiva, afiliado al SPP) en dos o tres ocasiones, quienes han interrogado a personas detenidas en conflictos sociales, por suponer que pertenecían a grupos organizados relacionados con el mundo abertzale, y por “contaminación” con la práctica habitual frente a los terroristas, han usado una braga cubre-frio que llevaban alrededor del cuello para taparse la boca y la cara hasta la nariz. Como quiera que la primera vez, (el pasado año) se produjo una denuncia que el juez no admitió a trámite y el fiscal señaló que no había infracción penal, no dieron al asunto mayor trascendencia y ahora lo han repetido.
Además de los miembros de la lucha contra el terrorismo (de ETA e islamista) y ahora los de los grupos radicales y antisistemas, también compañeros de la Comisaría General de Policía Judicial (principalmente de UDYCOs) usan dicha braga para no ser reconocidos cuando practican alguna detención y durante el Acta de Información de Derechos y/o toma de declaración (aunque rara vez prestan declaración en comisaría ni unos ni otros).
Si los compañeros que actúan infiltrados o en el entorno de estos grupo radicales fueran identificados tendrían que ser relevados tras cada actuación y eso sería demoledor, porque se tardan muchos meses en empezar a conocer su dinámica y a veces años en conseguir una adecuada infiltración. Es cierto que a veces las declaraciones las pueden tomar otros compañeros pero no siempre eso es posible, por lo que hay que arbitrar la fórmula que permita mantener su anonimato físico (que no su identidad como funcionario, pues consta con su número profesional en las diligencias).
Se trata de algo tan elemental como un protocolo de actuación (nos faltan decenas de ellos para garantizar jurídicamente nuestro trabajo y para mayor garantía también de los ciudadanos) que establezca en qué condiciones y supuestos un policía puede preservar su imagen por razones del servicio, bien con este sistema de la braga o usando otros (uso de peluca y barba postiza etc.)
Hay que regular esto, el uso del número de identificación en las UIPs –cuándo sí y cuándo no, si procede-, las identificaciones en la calle, las detenciones, manifestaciones etc. Es el Gobierno quien debe legislar y hace 25 años que estamos esperando.
José Manuel Sánchez Fornet