EL POLICÍA Y LA ANCIANA
En la foto que me manda el vecino
aparece una señora mayor, menuda, que parece dirigirse a un compañero, que a su
vez, con su mano izquierda a la altura del hombro parece sujetarla. No se ve
pero se intuye que la señora tiene la mano derecha levantada, quizás
gesticulando para explicar alguna cosa. No me remite mi vecino más fotografías
pero en otros tuits sí aparece la señora caída en el suelo y el compañero
agachado como sujetándola, y aparecen también unas vallas de las que usamos
para impedir el paso a los ciudadanos. Desconozco el lugar del incidente, la
razón de las vallas, qué hacía allí esa señora sola ni si, como dicen los
aventureros, su caída fue fruto de un empujón o simplemente gesticulando cayó
al suelo al oponerse el compañero en su camino, porque, deduzco por las vallas,
que estaba en una zona en la que no debía estar.
Una señora mayor, tenga 70, 80 o
85 años no puede rebasar una barrera policial. Ni un menor con 14, 15 o 16 años
tampoco. Pero una señora mayor, aunque rebase el cordón, debe ser tratada con
exquisito respeto y pulcritud, y si hay que sujetarla entre dos policías en
volandas y sacarla de la zona de seguridad vallada se hace sin ocasionarle la
más mínima molestia. Si la caída de la señora fue motivada por un empujón o
contacto con mi compañero, lo hicimos mal. Así no se hacen las cosas. Si fue
ella mismo con su impulso y su genio, entonces no hay nada que reprobar. Estoy
seguro que habrá quien, aunque sea evidente que la señora tropieza y se cae, el
hecho de estar un policía cerca será suficiente para pedir que lo condenen, y
en el otro extremo, estarán quienes justifiquen cualquier actuación de mi
compañero respecto a la señora porque parten del principio de que un policía siempre
lleva razón y puede dar patadas en la cabeza a un ciudadano caído en el suelo
(los otros tres sindicatos que nos insultan a diario por no defender esas
prácticas). Por cierto, no sé si a ellos les dirigen ustedes estas fotografías
y les preguntan, pero seguro que no, y me alegro, porque la imagen de la
Policía y los policías con sus respuestas iba a salir bastante más manchada de
lo que ya está por sus despropósitos. El SUP, y yo como su máximo responsable,
tenemos una posición de presumir la buena actuación de los compañeros pero de
no justificar excesos ni abusos de fuerza. Y eso mismo es lo que decimos en
este caso, en el que es imposible opinar sin más datos que esas instantáneas.
No debe olvidarse que el SUP es
un sindicato de policías para defender a policías. Así lo hacemos dentro del
margen legal que nos imponemos de proteger los valores democráticos, que para nosotros
son la propia Constitución, los derechos de los ciudadanos contenidos en la
misma, la Declaración Universal de Derechos Humanos y los principios básicos de
actuación de la ley 2/86. Defender estos valores expresados en normas aceptadas
unánimemente por izquierdas y derechas, de IU a PP, por ser el cimiento de la
convivencia en paz, libertad y con derechos de occidente supone para el SUP que
nos conozcan con la etiqueta, falsa, de ser un sindicato socialista. Esto nos
llevaría a una larga reflexión que no procede aquí sobre la sociedad española,
la ubicación ideológica de la misma en comparación con Europa y sobre la
formación policial.
Lo que hace el SUP en este caso
es nada; la señora o las múltiples organizaciones que hay siempre esperando una
fotografía como esa se encargarán de denunciar; otros sindicatos y “compañeros”
defensores de la patada en la cabeza al ciudadano como método policial
defendible exigirán formar un frente común en defensa del policía actuante; el
SUP no se sumará y pedirá que se aclaren los hechos partiendo de la presunción
de buena actuación del compañero; eso supondrá que por twitter habrá quienes nos
critiquen razonadamente y se muestren en desacuerdo, quienes nos apoyen, y
quienes, convertidos en jauría de alimañas profieran los insultos y amenazas de
siempre; y en el colectivo, los “compañeros” de la patada en la cabeza y tres
sindicatos lanzarán otra campaña (y van…) diciendo que el SUP y el que suscribe
queremos acabar con las UIPs, que somos traidores, malos compañeros, etc. Eso
es lo que haremos y las consecuencias que acarreará, que las conocemos y
asumimos.
Nosotros defendemos un modelo de
policía en democracia en el que podamos decir a nuestros hijos que nuestra
profesión es la de policía, sin tener que ocultarlo, y eso es una autolimitación
ante actuaciones desproporcionadas que otros sindicatos y muchos policías no
comparten. Algún día se conocerá el infinito daño causado en la Policía en los últimos
20 años por gobiernos del PSOE y el PP en cuanto a formación profesional, el
enfoque de la misma, la exigencia de identificaciones masivas y la actuación
contra los ciudadanos, y comprenderemos la magnitud del problema. A pesar de
ello, gracias a la formación por transmisión de experiencia profesional todavía
hoy son muchos más los policías que están de acuerdo con lo que pensamos
nosotros que los amantes de la patada en la cabeza, las identificaciones
masivas y otras prácticas que nos conducen a vivir aislados en la sociedad. Pero
no son pocos estos últimos y además están alentados por el poder policial y político
en estos momentos. Para el SUP es un profesional de la seguridad pública con un
miserable salario que tiene responsabilidad por sus actos, pero no por los
graves errores de enfoque de la seguridad pública desde 1992 (aprobación de la “ley
Corcuera”) que venimos denunciando en soledad desde entonces.
Dicho lo anterior solo queda
esperar que esas fotografías no sean como el grave asunto del policía quitando
un bastón a un ciego que circuló profusamente por la red, que en realidad era
un anciano violento que quitaba la defensa a un policía al que llegó a morder
en la pierna; o de la menor que recibió un pelotazo en la espalda y que se supo
unos días después que tenía 40 años; o la mujer que fue presuntamente “arreada”
por varios policías por arrojar huevos a Urdangarín en Palma; o el “héroe” del
Prado, cuyo montaje ha sido desmontado con un vídeo que deja más en evidencia a
todos los periodistas que estaban allí que a él mismo.
La Policía se equivoca, como cualquier
profesional. Ahora estamos en el “ojo del huracán” porque el Gobierno,
conscientemente, quieren colocarnos en la diana del malestar ciudadano para
quedar en segundo plano con sus recortes y mala gestión de la crisis.
Espero haber respondido a su
pregunta.
Madrid, 9 de febrero de 2013
José Manuel Sánchez Fornet