Lo que está pasando en Siria e Irak con los fanáticos islamistas es una
guerra de exterminio contra los cristianos y los occidentales. Cortan
cabezas a niños y las cuelgan en palos en las plazas públicas, según las pocas
noticias que llegan sin confirmación oficial. Sí está acreditado el
fusilamiento de civiles solo por no ser fanáticos radicales de su
religión.
EEUU hace bien en apoyar a los islamistas menos radicales pero debería solicitar apoyo en la ONU para que este organismo impusiera la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, por lo civil o por la fuerza, pues solo esa declaración respeta los derechos inherentes a las personas. (Y de paso, las resoluciones que obligan a Israel, también). Y debería hacerse por encima de tradiciones y creencias religiosas imponiendo mediante medidas políticas y en último caso el uso de la fuerza, la guerra, esos valores universales del ser humano. Claro, esto llevaría a enfrentarse a la poderosa colonia árabe de Arabia Saudi, Qatar, Emiratos Árabes Unidos... donde la gente más rica del planeta, unos pocos, somete a la esclavitud a las mujeres y a los trabajadores mientras vende petróleo a la sociedad occidental capitalista y consumista. Pero es ahí donde radica el germen del fanatismo que luego acaba convirtiéndose en Al Qaeda o ISIL.
Haber comentado por twitter el asunto de los bombardeos norteamericanos,
apoyándolos, ha dado lugar a que algunos vecinos de esa red social hayan
apelado al diálogo y a resolver los problemas de otra manera (todos ellos
podríamos encuadrarlos en una ideología progresista). Creo que se equivocan
gravemente. A los bien pensantes, a los teóricos, les pediría que no hagan el
ridículo hablando de "Alianza de Civilizaciones". Creo que no es
importante y que no desvelo ningún secreto si digo que tuve ocasión de tomar café
con Zapatero en Moncloa en varias ocasiones y en una de ellas salió este
asunto, exponiendole las ideas que aquí escribo al respecto. Testigo de esa
conversación (como de otras sobre política económica, políticas de seguridad
pública, Cataluña, salario de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,
militarización de la Guardia Civil etc.) fue el director general de seguridad
de Presidencia del Gobierno y comisario principal, hoy miembro del Consejo
Asesor de la Dirección General de la Policía, Segundo Martinez (que en casi
todos los asuntos cuando el presidente le pedía opinión coincidía conmigo; no
se mordía la lengua ni peloteaba al presidente como hace casi todo el mundo con
políticos en ese cargo). Mi argumento era y es que es inadmisible aliarse con
quienes son como los nazis (nazis islamistas les considero) solo que su campo
de actuación es mucho más amplio que judíos, polacos o gitanos, extendiéndose a
toda persona que no sea creyente y no acepte su dictadura moral y religiosa,
con especial hincapié en convertir en esclavas como bestias a las mujeres.
La propuesta de la Alianza de Civilizaciones fue, en mi opinión, uno de los
graves errores políticos de Zapatero, siendo como lo considero el mejor
presidente de la democracia por las medidas sociales que impulsó (especialmente
Dependencia y matrimonio gay) y por lo que se ganó el odio de la derecha más
rancia y de un sector ultra de la Iglesia, manifestado en escraches que padeció
en actos mientras se izaba la enseña española o sonaba el himno a los caídos;
escraches protagonizados por gente de los que usan la bandera para mantener sus
privilegios, su pechera llena de medallas y sus bolsillo (y cuentas en Suiza)
llenos de dinero. Es la misma moral cínica y miserable que lleva a familiares
de víctimas de ETA a acusar a policías de ser cómplices del 11-M (eurodiputada
del PP en acto de "Peones Negros" en Sevilla y otras víctimas,
políticos y periodistas) y que callaron cuando Mayor Oreja dijo en
Sevilla, año 2000, estar dispuesto a sentarse con ETA (portada del diario de
Sevilla) con motivo del acto de homenaje a la familia Jiménez Becerril por el
II aniversario del doble asesinato. Un uso vomitivo de las víctimas en cuya
sangre han chapoteado los políticos en más de una ocasión. La miseria moral
anida en personas de toda ideología porque es un factor constitutivo de la
personalidad y la condición individual que va más allá del pensamiento
político. Es la misma miseria moral convertida en mentira
política que insulta a la ciudadanía, que permite culpar a un Gobierno de
España de una crisis económica mundial de la que no se ha librado ningún país
europeo.
Tal vez estemos ante el nacimiento de una era no de alianzas sino de guerra
de civilizaciones que, si no se resuelve en esta generación, deberá afrontarla
la siguiente, nuestros hijos o nietos. Nada me extrañaría que esos que desde su
cuenta en twitter llaman al diálogo con quien no quiere dialogar sino cortarte
el cuello sean las mismas personas que con un roce leve en su coche
en un accidente de tráfico se bajan armados con una barra para abrirle la
cabeza al otro conductor, pero que ante los crímenes de guerra de los
islamistas no parecen entender la magnitud de lo que afronta la humanidad. Son
nazis islamistas y deben ser combatidos por tierra, mar y aire a sangre y fuego
y hasta su exterminio porque ellos no quieren ninguna paz salvo la de imponerte
sus creencias o matarte. Y solo funciona la legítima defensa. Por último, la
imposición de la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada en la ONU
en 1948 es radicalmente incompatible con el sistema de capitalismo salvaje
imperante hoy en occidente y en dictaduras comunistas (China), basado en la
explotación del ser humano y que mantiene a miles de millones de personas en la
estrechez, la pobreza, la misera y muriendo de hambre, mientras unos pocos
cagan en retretes de oro macizo que tienen gracias a expoliar los recursos
naturales de la tierra, que son de todos sus habitantes, o a la explotación
masiva de la fuerza del trabajo. He dicho.
Ea, queá conDió los creyentes y salud para los ateos.
José Manuel Sánchez Fornet