sábado, enero 10

POLICÍAS Y TERRORISMO

Me he decidido a escribir esto porque un compañero que entraba hoy a mediodía de servicio en un Z (Juan) me ha enviado un whatssapp diciendo que, conocida su amistad conmigo, hoy le han preguntado los compañeros por mis tuits de ayer cuestionando lo que escribí. Y me ha parecido oportuno repetirlo aquí y reiterar lo escrito desde la cruz a la raya.

En el atentado de Francia aparece una imagen en la que se ve a un policía en el suelo, herido, que cuando se acerca su asesino levanta las manos al tiempo que este le dispara en la cabeza. Este es el vídeo:


Comentando las circunstancias del atentado en twitter y los protocolos de actuación, expuse que lo visto había que analizarlo desde distintas posibilidades: 
a)      Que el policía herido no llevara arma o que se le hubiese caído lejos de su alcance tras ser herido, en cuyo caso no había nada que decir, había sido abatido y no tenía capacidad de respuesta ni de defensa.
b)      Que el policía herido llevara el arma encima aun estando herido, en cuyo caso lo que sería exigible a un profesional es que hubiera hecho uso del arma en vez de levantar las manos.

¿Alguien duda que esto deba ser así? ¿Alguien entiende que se pueda considerar la mejor forma de actuar, teniendo un arma, sea levantar las manos en señal de rendición ante dos terroristas que ya han asesinado a varias personas?  

Hablando en términos de protocolos de actuación profesional no parece que haya dudas, pero sin embargo, algunas personas (alguno/a al parecer miembro del CNP) consideró que el comentario era improcedente y que en cualquier caso, el policía era un héroe. Esto de tener una posición predeterminada y nada crítica, donde pase lo que pase y se haga lo que se haga no cabe exponer comentarios distintos a la verdad oficial es cada día más habitual en la red. Y en la Policía. Y en algún sindicato. Supongo que en las academias de formación policiales se aprovechará ese vídeo para exponer lo mismo que dije en twitter y que digo aquí, porque es lo único razonable en términos de profesionalidad y protocolo de actuación. Si no puedes responder y estas herido nadie va a decir a un policía como debe reaccionar, pero si estas herido y tienes un arma a mano frente a terroristas, en esa situación concreta, espero que no haya ningún instructor en ninguna academia que diga que se levanten las manos, porque eso no es cumplir con el deber de proteger a la ciudadanía, ese deber que unos juran y otros prometen y que debe cumplirse en todo momento y en cualquier circunstancia.

Si partimos de que el policía iba desarmado o perdió su arma al ser abatido no hay nada que decir, una víctima con todos los honores, pero si tenía el arma, una víctima con los mismos honores aunque su muerte debe ser aprovechada para que nunca más nadie cometa el error de creer que un terrorista va a dejar pasar la oportunidad de asesinar a un policía. 

Pero no se había cerrado este debate y aparece otro, sobre la conveniencia o no de realizar el asalto simultáneamente en los dos locales donde se encontraban rodeados los terroristas. Antes de saber nada ya mostré mis dudas, pues hasta donde sé (poco) me consta que antes de iniciar un asalto se agotan todas las posibilidades, y que el momento de hacerlo se elige concienzudamente, no entendiendo como en dos locales tan distintos en su estructura, en dos secuestros distintos (en uno dos terroristas sin rehenes, en otro uno con varios rehenes), puede coincidir el momento exacto de realizar el asalto para hacerlo simultáneamente. Después se hicieron públicas estas imágenes http://t.co/7BE7a8asmG y mis dudas crecieron.

Un asalto con ensalada de disparos a un terrorista que llega hasta la misma puerta donde es abatido y segundos después salen decenas de rehenes del interior del local donde se han dirigido dichos disparos no es lo que yo conozco que hacen nuestros GEOs (los mejores del mundo con los peores medios y peor tratados). Hay quien dice que los terroristas estaban en contacto entre ellos y que iniciar el asalto a uno provocaba la reacción de los otros; en este caso como en cualquier otro lo primero y principal es garantizar la integridad de todos o la mayoría de los rehenes, y si fuera preciso, aislar las comunicaciones de uno o los dos lugares de secuestro usando inhibidores, para que solo reciban del exterior las comunicaciones que interesen a la Policía, así como controlar la luz, el agua y todo lo necesario, ya sea para negociar o para realizar un asalto en el momento más favorable, que puede ser de noche, sin luz, con visores nocturnos que dan ventaja a los policías sobre los secuestradores. Y si hay riesgo de que al cortar la luz el secuestrador dispare sobre los rehenes se simultanea la oscuridad repentina con el inicio del asalto. En fin, cosas que he oído que hacen aquí los nuestros y que entrenan concienzudamente, que no tiene nada que ver con la entrada de 30 o 40 policías disparando en un local lleno de rehenes. Para eso no hace falta especialización. Y otra vez los que dicen que no hay que cuestionar nada se lanzan como si comentar esto fuera un descrédito o insulto a los policías. A lo mejor pronto aparece un sindicato policial francés diciendo esto mismo y más. Sobre los rehenes muertos hay controversias; parece seguro que al menos dos de ellos estaban muertos antes de iniciarse el asalto pero sobre otros dos, más cuatro heridos graves, hay informaciones contradictorias, que se aclararán en próximos días… o no.

Y digo que se aclararán o no porque he visto grandes homenajes a servicios de auxilio en un accidente como si fueran héroes (los sanitarios, nosotros y todos los participantes) y luego he conocido la versión de las víctimas del accidente, que se quejan de que pasaron muchos minutos entre el fuego, heridos, y que algunos murieron sin que los servicios llegaran con la celeridad que se contó. Un desfase de casi media hora entre la "verdad oficial" y la verdad real, que era para revisar todo el protocolo de actuación, pero por razones políticas se decidió en vez de realizar una valoración crítica para corregir los errores y que no vuelvan a repetirse, mentir, como tantas veces, y convertir un fiasco en un éxito otorgando medallas a los jefes que tenían el servicio mal organizado, en un acto pomposo a gusto de los políticos, y a algunos trabajadores para que callaran y no denunciaran la desvergüenza. Y también conozco casos de malas actuaciones policiales que hemos protegido, como la de un compañero que se quedó paralizado en un atentado y se parapetó tras un mostrador sin usar su arma mientras otro era acribillado. Y todos hemos apoyado a ese compañero, y la condecoración concedida, y hemos guardado prudente silencio sobre el particular, pero de ahí a considerar que su actuación fue la correcta va un mundo. Si este comportamiento que cuento se hubiese grabado podríamos justificar el comportamiento porque en esa situación real, no en práctica simulada, nadie sabe cómo reaccionará si no ha pasado por ello, pero lo que seguro no podríamos decir es que ocultarse tras el mostrador mientras acribillan a tu compañero sea la forma correcta de actuar.

En la Policía se ha ido produciendo una involución en los últimos años, lenta pero inexorable, como en la sociedad se han ido extendiendo las prácticas corruptas. Cada día estoy más convencido que cuando se acabe el bipartidismo corrupto imperante desde hace 30 años o el PSOE sea de verdad en el Gobierno un partido socialista que defienda los valores que le son propios, en la Policía será imprescindible llevar a cabo un proceso de formación y adaptación de prácticas policiales a la Constitución, a los principios básicos de actuación de la ley 2/86, explicando a los policías que los ciudadanos son detentadores de derechos inalienables salvo en los casos y supuestos previstos en las leyes; que no se puede identificar por capricho a nadie (aunque eso ahora y desde hace años –el auge fue con gobiernos del PSOE anterior- no es que se pueda hacer, es que si no lo haces el mando te acusa de no cumplir con tu servicio); que no se puede disparar a un vulgar chorizo durante una persecución en una vía concurrida o que no se puede mantener una persecución de ese mismo vulgar chorizo en dirección contraria porque proteger el derecho de la ciudadanía a no recibir un disparo o no colisionar de frente con un coche que huye o con el nuestro es un valor superior al de hacer cumplir la ley por el que perseguimos al delincuente. Algún día alguien dirá que el peor asesino una vez detenido debe ser protegido y tratado con respeto a sus derechos, o que denunciar a un compañero que se excede en el uso de la fuerza o que es un corrupto es de buen profesional y callarse es no cumplir el mandato legal, ni el juramento o promesa que hiciste al coger el uniforme, la placa y el arma, que callar te convierte en un mal policía y denunciarlo en bueno. Y no al revés, como ahora.

Hay países en Europa donde el policía que identifica a un ciudadano le entrega un justificante, y otros donde, para poder identificar en la calle, la policía tiene que usar un instrumento legal realizando una declaración para poder establecer controles en una zona, barrio o ciudad (en Alemania pasó en fechas recientes).  En España se exigen identificaciones masivas y arbitrarias y se ha llegado, en una competencia entre una inspectora y un oficial para ver quién realizaba más identificaciones, a acabar a las 5 de la mañana en la estación de autobuses de la localidad pidiendo identificaciones a los viajeros. Aquí se han rebasado todas las barreras en desprecio a los derechos civiles de la ciudadanía, y la interpretación que se hace de la ley 1/92 despreciando la doctrina del Tribunal Supremo cabalga desbocada para mayor gloria de unos mandos que deberían ser los primeros en reciclarse. Y está resultando que allí donde se baja esa presión identificativa los delitos bajan porque los coches están patrullando y previniendo y no perdiendo el tiempo en identificaciones y trámites burocráticos. Se ha llegado a partir una pequeña “china” de hachís para multar a cuatro jóvenes en vez de a uno (estadísticas), a pretender sancionar a un señor que iba en moto, en Málaga, con una navaja en medio de un manojo de espárragos, o a aconsejar a una empleada de un supermercado que a una persona que intentaba robar por valor de 80€ le sumara efectos que no pensaba robar para superar los 400€ y anotarse una detención el policía (miserable), que actuaba. Y seguro que quienes hacen esto son minoría, no tengo dudas porque hoy hace 35 años y 2 días que soy policía, pero quienes lo conocen y no lo denuncian son cómplices por omisión, y quienes escudados en ese casposo corporativismo los amparan y atacan a los que los denunciamos son tan miserables y malos profesionales como los que lo hacen.


Y por último, como el asesinato el pasado día 2 de mi compañero Francisco Javier Ortega produjo otro debate en twitter y facebook en el que se abogaba por medidas xenófobas (yo parto de creer que España es sociológicamente franquista y que hay fascistas por ignorancia, a lo que ha ayudado mucho la casta corrupta política y empresarial que nos gobierna), aprovecho este escrito para insertar un artículo de opinión de hoy que me parece lo mejor que se ha escrito sobre terrorismo islamista, que en contra de lo que podemos creer, no nos viene en pateras o de países de fuera sino que esos terroristas están entre nosotros, son españoles, británicos, franceses y salen a matar fuera para regresar luego a Europa convertidos en asesinos. http://t.co/yAtNisffFD Salud y suerte.