... limpia y
profesional.
Según nuestra
ley orgánica 2/86 y las normas de su desarrollo, los policías tenemos que
actuar con absoluta neutralidad política en el ejercicio del cargo; tenemos
también la obligación de guardar secreto profesional respecto de los asuntos
que hayamos conocido como consecuencia de las funciones del cargo, entre otras
limitaciones que no vienen al caso que comento.
Cuando no
ejercemos como policías, cuando colgamos el uniforme y somos ciudadanos, tenemos
intactas muchas de las libertades y derechos que en democracia disfrutan otros
ciudadanos, como por ejemplo, derechos laborales, a jornada laboral,
a la libertad de expresión, y también derecho a militar en partidos políticos (lo que es una contradicción con la prohibición
de estar afiliados a sindicatos de clase, derecho reconocido a todas las
policías civiles de la Europa democrática), y también está regulado el
procedimiento legal para ejercer algún cargo público. Legalmente por lo tanto
un ciudadano que es de profesión policía puede expresar en cualquier ámbito,
incluidas las redes sociales, sus opiniones políticas porque se representa a sí
mismo y nunca a la institución policial, como confunden personas y policías en
muchas ocasiones. Un médico de la SS, un abogado, un albañil de ACS, un
conductor de la EMT de Madrid, un policía local… pueden opinar sin que nadie
interprete que la opinión expresada no es suya sino del organismo o empresa en
la que trabaja.
En el
ejercicio de esa libertad reconocida en las leyes un ciudadano de profesión
policía puede opinar que un ministro del PP es mejor que otro del PSOE, o de Podemos,
o lo contrario, y se puede estar o no de acuerdo, pero lo que no se puede hacer
en democracia desde profesionales de la policía y su entorno sociológicamente
franquista es desatar una campaña de calumnias, injurias, difamaciones,
insultos y amenazas si el policía en cuestión en vez de opinar a favor de
corriente en el Cuerpo, la derecha, opina a favor de la minoría, la izquierda, y eso es lo
que ha ocurrido cuando opiné que Errejón sería mejor ministro de Interior que Mayor Oreja,
Barrionuevo o Corcuera, que un grupo de personas decidió convertirse en jauría
de alimañas sectarias con un nivel intelectual incompatible con la profesión policial por su
fanatismo ignorante, acompañados por los secuaces que se mueven alrededor de
ellos.
Léan el
siguiente enlace de este mismo blog (el post anterior a este) para conocer los antecedentes de los que
hablamos (no abren directamente, hay que seleccionar y pegar en el buscador).
fornetsup.blogspot.com.es/
http://fornetsup.blogspot.com.es/2016/02/fusilen-errejon.html
fornetsup.blogspot.com.es/
http://fornetsup.blogspot.com.es/2016/02/fusilen-errejon.html
Estando así la
situación, el sindicato al que está afiliado el policía que ejerce su libertad
de expresión (o sea, yo) y recibiendo una avalancha de insultos que me
refuerzan en la creencia de que en la Policía sobran rufianes, cobardes,
ultratalibanes, fanáticos ignorantes que manchan el buen trabajo de la mayoría,
emite una nota en la que dice que muestra su total repulsa por las
descalificaciones e insultos a la Policía... del que suscribe, el insultado y
descalificado. Y no porque no conozcan lo que ha hecho la jauría (en algunos
grupos de whatsapp del sindicato se difundieron algunas viñetas e insultos),
sino por abundar en el comportamiento mezquino y ruin que caracteriza los dos
años y 8 meses de mandato de la secretaria general del SUP.
Ha perdido una
oportunidad magnifica de defender la libertad de expresión, uno de
los derechos fundamentales de la democracia que fue conquistado por los policías
en 1984, y podía hacerlo en coherencia con lo que ha venido defendiendo el
sindicato desde su nacimiento en 1978 y consta aún en las ponencias aprobadas en el
congreso sindical del año 2013. Porque de eso se trata, de defender la libertad
de quien expresa una opinión personal y no de sumarse a la jauría ultrafanática
del corporativismo más cutre y rancio que se conoce en la Policía desde que Franco
era cabo. Porque no he proferido nunca insultos a la Policía como institución
sino críticas a los políticos y mandos que establecen políticas de seguridad vulnerando derechos civiles de
la ciudadanía, denuncias que se venían realizando por el SUP desde su nacimiento, incrementadas a partir de 1992 hasta
el año 2013, y que han sido aceptadas, votadas, compartidas y apoyadas por la actual secretaria general del SUP en los 12 años que ha estado liberada en la Comisión
Ejecutiva Nacional en distintas secretarías. Ni una sola vez se manifestó en contra y siempre lo hizo a favor con entusiasmo.
Incurre además en una
grave contradicción porque a la vez que considera normal que se intente imponer
un pensamiento en la Policía contra un partido democrático como Podemos, reconoce al mismo tiempo que mantiene relaciones con ese partido como con los
demás, con lo que mal hace en tolerar los insultos contra ellos y en ponerse al
lado de los ignorantes que consideran asesino y terrorista a un policía que
expresa coincidir con muchos planteamientos de Podemos como heredero del 15M.
No se puede sorber y soplar al mismo tiempo en la práctica, aunque sobre un
papel se puede mentir impunemente, como hace la secretaria general del SUP.
Nunca he
insultado a la Policía como institución y sí he denunciado comportamientos (desde
que en mi primer día de servicio en la Policía denuncié torturas en Sol, abril de 1980) que
en mi opinión (y la del sindicato todavía, según sus ponencias) llevan a cabo
malos profesionales a los que no se debe proteger sino denunciar, y no conozco
ningún caso de denuncia del SUP contra esos comportamientos en los últimos 3
años.
Las
identificaciones indiscriminadas y masivas; acudir a un centro comercial a
identificar a un joven que pretendía llevarse efectos por valor de 28 € y pedir
a la cajera que mienta y lo acuse de llevarse casi 500 para hacer un
"palote" de detención; partir una "china" de hachís en tres
para en vez de un acta imputar tres (tres palotes) a tres chavales que están en
paro o si trabajan lo harán un mes para pagar la multa; proponer para multa a
un parado por llevar una navaja entre una mata de espárragos para hacer estadísticas;
hacer apuestas para ver quien identifica a más ciudadanos y acabar en la
estación de autobuses de la localidad identificando a personas que se bajan del
autobús, entre otras, son prácticas que un sindicato que defienda una policía
democrática limpia y profesional no puede ocultar, proteger y defender. Por no
hablar de defender a quien patea la cabeza a un manifestante caído en el suelo
o a quienes son investigados por haber mentido en el transcurso de
investigaciones de una persona desaparecida que apareció muerta. Y no hablo de la defensa legal, que esa debe
ser garantizada siempre, sino de defensa sindical apoyando recogida de firmas,
por ejemplo. Si esos malos profesionales, o los que insultan a quienes ejercen
la libertad de expresión política son los que definen la actuación de ese
sindicato, al menos la secretaria general podría tener la decencia de no
mentir, de ser coherente con su pasado o de explicar las razones por las que ahora cree que todo lo que hizo durante 12 años anteriores estaba mal hecho y eran insultos a la Policía de los que participó y contra los que nunca se opuso. A ver si es que cuando se es responsable el miedo aconseja cambiar a una ruta más cómoda para sus intereses.
Hay distintas
formas de defender y respetar a la Policía, al sindicato que se representa y a sus
afiliados y se demuestra con hechos; dos ejemplos:
UNO,
a) No he ascendido durante mis muchos años de liberación sindical por considerarlo éticamente inaceptable. Aunque los pelotas meaperros ascienden igual liberados o no, siendo liberado sindical un proceso de ascenso puede condicionar denuncias y actuaciones del sindicato.
b) .No he aceptado condecoraciones, entre ellas dos medallas rojas, una ofrecida
en un despacho ante testigos y otra al oponerme en el pleno del Consejo de
Policía en nombre del SUP a una “roja” para cada uno de los miembros del órgano
que pidió Vázquez Romay, entonces secretario general de UFP, y que ahora está
repitiendo por cuarta vez consecutiva en una embajada.
c) No estoy destinado en
una embajada y he tenido ocasión de hacerlo.
d)
No he evitado la denuncia a políticos o mandos policiales en
defensa de mis compañero/as aunque ello haya supuesto denuncias y
querellas de mandos, otros sindicatos, políticos, de otras policías, partidos
afines a ETA... (51 denuncias por actividad sindical, una de ellas todavía pendiente).
e) Tengo en mi currículo 11 expedientes disciplinarios por denunciar y criticar a mandos
policiales y responsables políticos.
f)
Haber aparecido cuatro veces como objetivo de ETA en comandos de
Valencia, Sevilla y Madrid (2), por dar la cara frente a sus secuaces son cuatro medallas de las que pocos sindicalistas pueden presumir.
g)
Haber adquirido una vivienda para el SUP con la dieta de
manutención (900€/mes) junto con otros compañeros desplazados a Madrid (Tejero,
Robledo...) es un hecho que nadie podrá negar.
DOS,
a) La secretaria general del SUP ha ascendido dos veces en sus 18 años de
liberación sindical (y otras dos su marido, en comisión de servicio desde hace
15 años en la sección deportiva en Madrid, incluso durante los dos años que
estuvo suspendido por dopaje).
b) En 18 años liberada 0 querellas, 0 expedientes (salvo uno con
apercibimiento por perder la cartera con la placa).
c) Percibiendo una dieta mayor, no abona hipoteca de una vivienda para el
sindicato como hicimos otros sino para su propiedad.
Que casi tres años después de acceder al cargo del mayor sindicato policial
no sea conocida en el colectivo ni siquiera por muchos de los afiliados denota
un perfil bajo, de no aparecer, de no dar la cara, porque así el resultado es
querellas cero, expedientes cero, enemigos poderosos cero, y estando a favor de la “ley Mordaza” y retirando la acusación de
la denuncia del ático de Marbella, iniciada porque los políticos de Interior
amenazaron en el Congreso y el Senado con expedientar a los policías que legal
y legítimamente investigaban, se hacen más amigos poderosos y corruptos que enemigos.
Si el
sindicato apoya a quienes pretenden imponer el pensamiento único en la Policía,
injuriando o alabando a uno u otro según que se sea de derecha o de izquierda,
que se opte por votar a un ministro del PP o uno de Podemos, el sindicato ha
traicionado los principios que inspiraron su nacimiento y está en una zahúrda
moral de la que no podrá salir sin cambiar 180 grados su comportamiento.
En mis años de
actividad sindical, más de 20 de ellos como secretario general, siempre apliqué
los principios que recojo en Facebook (abrir directamente el siguiente enlace) y no los he cambiado; los que antes aplaudían
y babeaban y ahora insultan deberían reflexionar sobre sus valores y principios
morales, si es que saben lo que es eso y alguna vez los han tenido.