Ayer hubo dos liberados del SUP en una reunión de negociación sobre la normativa que regula la concesión de condecoraciones. Hoy, otros dos (distintos) en la negociación de las leyes de Régimen de Personal y Derechos y Deberes. Mañana, otros dos (distintos a los anteriores) en la negociación de la regulación de permisos para cursos de formación profesional. Además de los días, semanas o meses que lleven las negociaciones, hay que estudiar la normativa anterior, comparada, hablar con otras personas para conocer su opinión, en definitiva, dedicarle TIEMPO a esta tarea de representar los intereses de los afiliados en particular y de los policías en general. Cuando escucho esas críticas interesadas (en muchos casos insultos más que críticas) hacia los liberados sindicales de miembros de este Cuerpo, me pregunto si lo que pretenden es que estos compañeros trabajen su jornada reglamentaria y en su tiempo libre, mientras el que critica lo dedica a su familia o al ocio, el sindicalista lo dedique a "empoyar" documentos para defender sus derechos. Estos mismos que critican a los liberados, en tiempos pasados sacaban a mear los perros de los jefes, les hacian las camas y vaciaban sus orinales, y si tuvieran que volver a hacerlo, lo harían. El el SUP hay 66 liberados a tiempo total repartidos por todas las plantillas de España, con 32.000 afiliados. No queremos más pero tampoco aceptaremos menos, porque se resentiría la protección, defensa y representación de los policías. Desde luego, para algunos (políticos y mandos -no todos-) sería mucho más fácil dirigir la Policís sin sindicatos y sin liberados. Lo mismo cabe decir del mundo laboral, pues la comparación entre un parado que busca trabajo y los empresarios en un equilibrio justo de defensa de los derechos de unos y otros es, incluso con sindicatos, obsceno. Por eso hoy alabo la labor de los sindicatos y de los liberados sindicales (entre los que orgullosamente me cuento).
