Aclarando, que es gerundio
Ayer, en el “Gran
Debate” de T5 emitieron unas declaraciones mías grabadas sobre el ya famoso
tuit “leña y punto”. Presencié el programa comentándolo por twitter, y por uno
de esos comentarios me llegaron después cientos de ellos con lo habitual cuando
se desata la jauría: insultos, amenazas, chistes de mal gusto, recuerdos poco
cariñosos a toda mi familia (vivos o muertos), profesores que quieren enseñarme
a pensar, otros que me consideran
palurdo, cateto, analfabeto, energúmeno, sujeto y esa retahíla de descalificaciones propias de los
venados que andan a dos patas.
También había
bastantes de apoyo y felicitación pero como dada la cantidad recibida es imposible
responder a todos, por intentar mantener mi declaración cuando inicié mi actividad
en este vecindario de twitter hago esta respuesta común y seguiré respondiendo
(o expulsando de mi vecindario, o sea, bloqueando) los comentarios que reciba a
partir de ahora.
Tras la emisión de los
fragmentos de mi grabación estaba en el plató un tal Chema, presentado como uno
de los responsables de la Coordinadora 25s y uno de los detenidos ese día, quien
parece que fue llevado allí para opinar sobre mis declaraciones; además de las
críticas habituales a la Policía me llamó sinvergüenza, y yo, en justa
correspondencia, por twitter le dije payaso y gilipollas. Tengo el defecto (o
no) de tratar al personal con el mismo rasero con el que me tratan, y si el
argumento es insulto, pues eso. A veces es una buena terapia porque hay
autistas que consideran que su libertad para opinar no tiene límites incluyendo
el insulto, pero son muy sensibles cuando otros le responden. Recuerdo en 1988 cuando
el Rey recibió a los vocales del Consejo de Policía, la cara de estupefacción y
posterior cabreo de un mando, comisario “muy así”, porque tuteé a Su Majestad. El monarca, quizás por mi
aspecto (y porque era el más joven), se dirigió a mí de tú preguntando algunas
banalidades y le respondí con el mismo tratamiento. Así he seguido haciéndolo con
cualquier persona por importante que sea y lo sigo aplicando en mis relaciones
personales y como responsable sindical. No era así cuando lo hacía de uniforme
por entender que representaba a una Institución del Estado al servicio de los
ciudadanos que requiere el tratamiento de usted siempre me he dirigido así a
cualquier ciudadano, a los mandos y a los detenidos, y solo a los mandos apeaba
del “usted” si ellos lo hacían. Aclarado lo del “payaso gilipollas”: en defensa
propia.
Entre los videos que
emitió T5 había uno en el que se veía como increpaban a Miguel Ángel Aguilar,
un periodista poco sospechoso de ser afín a quienes hoy dirigen el sistema
político corrupto imperante, y también emitieron unas imágenes del diputado de
IU Garzón, diciendo que fue increpado por algunos manifestantes y tuvo que ser
protegido por la Policía. Esa información la comenté por twitter y añadí que a
Ignacio Escolar y otros les podría pasar lo mismo algún día. Téngase en cuenta
que estaba hablando de que fuesen increpados por ciudadanos cabreados, indignados
o manifestantes radicales.
Esto desató la tormenta,
y comenzaron a llover los tuits de quienes consideraban que eso había sido una
amenaza a Escolar. Poco después el propio Escolar decía que no creía que fuese
una amenaza sino que decía que le iba a ocurrir lo mismo que a Garzón. Comenté
en positivo ese tuit agradeciendo a Escolar (@iescolar) que no se sumara a la jauría,
y poco después llegó otro del diputado Garzón (@agarzon) en el que desmentía la
información de T5 y diciendo que él fue increpado por policías, no por
manifestantes. Retwiteé el tuit de Garzón y, habiendo entendido que fue increpado
por policías cuando salía del Congreso dije que eso era grave, pregunté si lo
había denunciado y no daba crédito al asunto, hasta que no sé si Garzón u otro
vecino me remitió la noticia del diario de Escolar señalando que Garzón había
sido increpado por policías. Aunque me cuesta creer (directamente no lo creo)
que en ningún dispositivo policial nosotros increpemos a nadie (ni a los batasunos
cuando justificaban los asesinatos de compañeros, esposas e hijos los hemos
increpado y merecían que les hubiésemos dados una manta de palos), manifesté
que solicitaría una información al respecto. Pero después me sigue llegando
información y resulta que no fue a la salida del congreso y rodeado por policías,
sino que Garzón (y algún otro diputado/a de IU) estuvieron entre los manifestantes,
y cuando se dio la orden de disolver Garzón estaba en un grupo de manifestantes
a los que los compañeros empujaban y exigían que abandonaran la zona, y en ese
momento, Garzón se identificó como diputado. Al parecer la reacción de mi
compañero fue cesar en su exigencia de que abandonaran en lugar y eso fue un
error, porque en una situación como esa Garzón es un ciudadano más y por mucho que
haga uso de su privilegio de diputado se tiene que ir como todos los demás, y
si hay carga y palos y se lleva alguno, le tocó. Hasta ahí no llegan los
privilegios de los diputados españoles.
Con esta nueva
información, el tuit de @iescolar tomaba una dimensión distinta porque él
sabía, porque lo había publicado, que Garzón había sido increpado por policías
durante la carga, luego su tuit no era de una persona decente intelectualmente
hablando como creí sino de un ventajista que decía que no creía en amenazas
pero que sí le anunciaba yo que le podían increpar policías. O sea, que “da
bocaos con la boca cerrá”.
Aclarado el desarrollo
de los hechos y los malos entendidos por mi parte, digo que si Garzón sale a
una manifestación ilegal (o alegal) debe exponerse a las consecuencias como cualquier
ciudadano, porque en esa situación su Acta de diputado vale tanto, o menos, que
cualquier otra identificación de profesión que muestre alguien: juez, albañil,
camarero o conductor.
Dicho lo cual reitero
que los mandos políticos y policiales deben revisar urgentemente y en
profundidad las órdenes que imparten, y algún compañero la forma de cumplirlas,
porque el deterioro de la imagen de la Policía entre los ciudadanos está
bajando paralela a la del Gobierno. Quien ordenó entrar en Atocha debe ser
cesado, las condecoraciones que ponen en evidencia la corrupción imperante en
la Policía deben ser revisadas, y aquellos compañeros amantes del uso rápido e
indiscriminado de la fuerza deben ser apartados de las UIPs. Vale lo de “leña y
punto” para los violentos (exactamente como decía el tuit), para quienes van a
la manifestación armados de escudos, con barras de hierro y mochilas cargadas
de piedra, pero golpes indiscriminados, “barrerme esta acera” y que se pongan
en columna de dos y vayan dando empujones a todos los ciudadanos eso es ilegal
e inmoral y no es el comportamiento que hemos defendido nunca.
Es cierto que, por las
razones que sea, ahora hay mucho “fuego” contra nosotros; el Gobierno lo
provoca además con sus declaraciones irresponsables considerando que la
movilización junto al Congreso es otro 23-F, pero desde el PSOE también se
dispara (Madina, Jiménez, Rubalcaba, que por cierto, debería revisar las
imágenes de algunas cargas cuando él era ministro, por ejemplo en el barrio de
El Cabanyal, en Valencia en 2010) y los medios de comunicación pijorrojos o seudoprogresistas
(con dirigentes cobrando más de un millón de euros al mes mientras despide a
sus trabajadores) miran con lupa nuestras actuaciones.
No ir identificados es
otra razón más para incrementar la presión contra las UIPs y parece que estamos
tirando por la borda ese capital conseguido durante años y que hace que la
Policía sea una de las instituciones más valoradas en las encuestas del CIS
desde hace años.
Ante esto la
estrategia del SUP es exigir al Ministerio que acabe con el caos imperante en
esta casa, que exija a los mandos actuaciones acordes a la sociedad democrática
en que vivimos, y que no vale “matar moscas a cañonazos”, pues es quien dá las
órdenes el responsable de cómo se desarrolla el dispositivo, y al tiempo defender
a los miembros de las UIPs, los trabajadores de la seguridad pública que actúan
como fuerza de choque. Porque esa presión mediática y política siempre se
resuelve de la misma forma: cuando el Ministerio no soporta más presión “desagua”
la misma a través de algún expediente o sanción contra un policía por hacer lo
mismo que le lleva permitiendo hacer muchas veces antes sin habérselo reprobado.
Y como la función del SUP es defender a esos trabajadores, funcionarios,
personas, que a veces se equivocan y las más de las veces cumplen órdenes más o
menos acertadas, decidimos aplicar una “estrategia de choque” consistente en opinar
sobre los políticos y periodistas que opinan de la actuación de los policías y
que seguro que si el ministerio informa de que algunos policías han sido expedientados
aplaudirán y se darán por satisfechos. El que debe ser expedientado, al que hay
que aplicar el “leña y punto”, el responsable de todas las cargas y abusos como
el de Atocha es el ministro del Interior y su cadena de mando.
Como última cuestión,
hagamos el ejercicio mental de suponer un Gobierno de coalición de IU y PSOE en
el Gobierno central (lo hay en Andalucía y Ayuntamientos) y que sean personas
de derecha (en el amplio abanico que comprende la derecha en España) quienes
convocan eso de “toma el congreso” y rodean el mismo. ¿Qué hará la policía si
recibe pedradas y palos? ¿Qué hace la policía en ayuntamientos o qué han hecho
en comunidades autónomas gobernadas por esta coalición? Lo mismo. En materia de
seguridad pública la actuación de PP, PSOE e IU cuando gobiernan ha sido
calcada, y así se comprueba con hechos y más allá de las declaraciones
demagógicas de todos cuando no están ejerciendo el poder.
La Policía y los
policías estamos en el “ojo del huracán” pero nosotros, que los representamos y
defendemos, no vamos a permitir en silencio ese juego mediático-político de
usarnos en sus disputas y que sean nuestros trabajadores las víctimas en forma
de sanción. Tan responsable es el Gobierno como los partidos de la oposición y
los medios de comunicación, porque hace años venimos denunciando la deriva
iniciada por los gobiernos socialistas de ataques a los derechos civiles de los
ciudadanos y no aceptamos que calmen sus conciencias descargando sus complejos
sobre trabajadores de la seguridad pública.
José Manuel
Sánchez Fornet