domingo, septiembre 30


Aclarando, que es gerundio

Ayer, en el “Gran Debate” de T5 emitieron unas declaraciones mías grabadas sobre el ya famoso tuit “leña y punto”. Presencié el programa comentándolo por twitter, y por uno de esos comentarios me llegaron después cientos de ellos con lo habitual cuando se desata la jauría: insultos, amenazas, chistes de mal gusto, recuerdos poco cariñosos a toda mi familia (vivos o muertos), profesores que quieren enseñarme a pensar,  otros que me consideran palurdo, cateto, analfabeto, energúmeno, sujeto y esa  retahíla de descalificaciones propias de los venados que andan a dos patas.

También había bastantes de apoyo y felicitación pero como dada la cantidad recibida es imposible responder a todos, por intentar mantener mi declaración cuando inicié mi actividad en este vecindario de twitter hago esta respuesta común y seguiré respondiendo (o expulsando de mi vecindario, o sea, bloqueando) los comentarios que reciba a partir de ahora.

Tras la emisión de los fragmentos de mi grabación estaba en el plató un tal Chema, presentado como uno de los responsables de la Coordinadora 25s y uno de los detenidos ese día, quien parece que fue llevado allí para opinar sobre mis declaraciones; además de las críticas habituales a la Policía me llamó sinvergüenza, y yo, en justa correspondencia, por twitter le dije payaso y gilipollas. Tengo el defecto (o no) de tratar al personal con el mismo rasero con el que me tratan, y si el argumento es insulto, pues eso. A veces es una buena terapia porque hay autistas que consideran que su libertad para opinar no tiene límites incluyendo el insulto, pero son muy sensibles cuando otros le responden. Recuerdo en 1988 cuando el Rey recibió a los vocales del Consejo de Policía, la cara de estupefacción y posterior cabreo de un mando, comisario “muy así”, porque tuteé a  Su Majestad. El monarca, quizás por mi aspecto (y porque era el más joven), se dirigió a mí de tú preguntando algunas banalidades y le respondí con el mismo tratamiento. Así he seguido haciéndolo con cualquier persona por importante que sea y lo sigo aplicando en mis relaciones personales y como responsable sindical. No era así cuando lo hacía de uniforme por entender que representaba a una Institución del Estado al servicio de los ciudadanos que requiere el tratamiento de usted siempre me he dirigido así a cualquier ciudadano, a los mandos y a los detenidos, y solo a los mandos apeaba del “usted” si ellos lo hacían. Aclarado lo del “payaso gilipollas”: en defensa propia.

Entre los videos que emitió T5 había uno en el que se veía como increpaban a Miguel Ángel Aguilar, un periodista poco sospechoso de ser afín a quienes hoy dirigen el sistema político corrupto imperante, y también emitieron unas imágenes del diputado de IU Garzón, diciendo que fue increpado por algunos manifestantes y tuvo que ser protegido por la Policía. Esa información la comenté por twitter y añadí que a Ignacio Escolar y otros les podría pasar lo mismo algún día. Téngase en cuenta que estaba hablando de que fuesen increpados por ciudadanos cabreados, indignados o manifestantes radicales.

Esto desató la tormenta, y comenzaron a llover los tuits de quienes consideraban que eso había sido una amenaza a Escolar. Poco después el propio Escolar decía que no creía que fuese una amenaza sino que decía que le iba a ocurrir lo mismo que a Garzón. Comenté en positivo ese tuit agradeciendo a Escolar (@iescolar) que no se sumara a la jauría, y poco después llegó otro del diputado Garzón (@agarzon) en el que desmentía la información de T5 y diciendo que él fue increpado por policías, no por manifestantes. Retwiteé el tuit de Garzón y, habiendo entendido que fue increpado por policías cuando salía del Congreso dije que eso era grave, pregunté si lo había denunciado y no daba crédito al asunto, hasta que no sé si Garzón u otro vecino me remitió la noticia del diario de Escolar señalando que Garzón había sido increpado por policías. Aunque me cuesta creer (directamente no lo creo) que en ningún dispositivo policial nosotros increpemos a nadie (ni a los batasunos cuando justificaban los asesinatos de compañeros, esposas e hijos los hemos increpado y merecían que les hubiésemos dados una manta de palos), manifesté que solicitaría una información al respecto. Pero después me sigue llegando información y resulta que no fue a la salida del congreso y rodeado por policías, sino que Garzón (y algún otro diputado/a de IU) estuvieron entre los manifestantes, y cuando se dio la orden de disolver Garzón estaba en un grupo de manifestantes a los que los compañeros empujaban y exigían que abandonaran la zona, y en ese momento, Garzón se identificó como diputado. Al parecer la reacción de mi compañero fue cesar en su exigencia de que abandonaran en lugar y eso fue un error, porque en una situación como esa Garzón es un ciudadano más y por mucho que haga uso de su privilegio de diputado se tiene que ir como todos los demás, y si hay carga y palos y se lleva alguno, le tocó. Hasta ahí no llegan los privilegios de los diputados españoles.

Con esta nueva información, el tuit de @iescolar tomaba una dimensión distinta porque él sabía, porque lo había publicado, que Garzón había sido increpado por policías durante la carga, luego su tuit no era de una persona decente intelectualmente hablando como creí sino de un ventajista que decía que no creía en amenazas pero que sí le anunciaba yo que le podían increpar policías. O sea, que “da bocaos con la boca cerrá”.

Aclarado el desarrollo de los hechos y los malos entendidos por mi parte, digo que si Garzón sale a una manifestación ilegal (o alegal) debe exponerse a las consecuencias como cualquier ciudadano, porque en esa situación su Acta de diputado vale tanto, o menos, que cualquier otra identificación de profesión que muestre alguien: juez, albañil, camarero o conductor.

Dicho lo cual reitero que los mandos políticos y policiales deben revisar urgentemente y en profundidad las órdenes que imparten, y algún compañero la forma de cumplirlas, porque el deterioro de la imagen de la Policía entre los ciudadanos está bajando paralela a la del Gobierno. Quien ordenó entrar en Atocha debe ser cesado, las condecoraciones que ponen en evidencia la corrupción imperante en la Policía deben ser revisadas, y aquellos compañeros amantes del uso rápido e indiscriminado de la fuerza deben ser apartados de las UIPs. Vale lo de “leña y punto” para los violentos (exactamente como decía el tuit), para quienes van a la manifestación armados de escudos, con barras de hierro y mochilas cargadas de piedra, pero golpes indiscriminados, “barrerme esta acera” y que se pongan en columna de dos y vayan dando empujones a todos los ciudadanos eso es ilegal e inmoral y no es el comportamiento que hemos defendido nunca.

Es cierto que, por las razones que sea, ahora hay mucho “fuego” contra nosotros; el Gobierno lo provoca además con sus declaraciones irresponsables considerando que la movilización junto al Congreso es otro 23-F, pero desde el PSOE también se dispara (Madina, Jiménez, Rubalcaba, que por cierto, debería revisar las imágenes de algunas cargas cuando él era ministro, por ejemplo en el barrio de El Cabanyal, en Valencia en 2010) y los medios de comunicación pijorrojos o seudoprogresistas (con dirigentes cobrando más de un millón de euros al mes mientras despide a sus trabajadores) miran con lupa nuestras actuaciones.

No ir identificados es otra razón más para incrementar la presión contra las UIPs y parece que estamos tirando por la borda ese capital conseguido durante años y que hace que la Policía sea una de las instituciones más valoradas en las encuestas del CIS desde hace años.

Ante esto la estrategia del SUP es exigir al Ministerio que acabe con el caos imperante en esta casa, que exija a los mandos actuaciones acordes a la sociedad democrática en que vivimos, y que no vale “matar moscas a cañonazos”, pues es quien dá las órdenes el responsable de cómo se desarrolla el dispositivo, y al tiempo defender a los miembros de las UIPs, los trabajadores de la seguridad pública que actúan como fuerza de choque. Porque esa presión mediática y política siempre se resuelve de la misma forma: cuando el Ministerio no soporta más presión “desagua” la misma a través de algún expediente o sanción contra un policía por hacer lo mismo que le lleva permitiendo hacer muchas veces antes sin habérselo reprobado. Y como la función del SUP es defender a esos trabajadores, funcionarios, personas, que a veces se equivocan y las más de las veces cumplen órdenes más o menos acertadas, decidimos aplicar una “estrategia de choque” consistente en opinar sobre los políticos y periodistas que opinan de la actuación de los policías y que seguro que si el ministerio informa de que algunos policías han sido expedientados aplaudirán y se darán por satisfechos. El que debe ser expedientado, al que hay que aplicar el “leña y punto”, el responsable de todas las cargas y abusos como el de Atocha es el ministro del Interior y su cadena de mando.

Como última cuestión, hagamos el ejercicio mental de suponer un Gobierno de coalición de IU y PSOE en el Gobierno central (lo hay en Andalucía y Ayuntamientos) y que sean personas de derecha (en el amplio abanico que comprende la derecha en España) quienes convocan eso de “toma el congreso” y rodean el mismo. ¿Qué hará la policía si recibe pedradas y palos? ¿Qué hace la policía en ayuntamientos o qué han hecho en comunidades autónomas gobernadas por esta coalición? Lo mismo. En materia de seguridad pública la actuación de PP, PSOE e IU cuando gobiernan ha sido calcada, y así se comprueba con hechos y más allá de las declaraciones demagógicas de todos cuando no están ejerciendo el poder.

La Policía y los policías estamos en el “ojo del huracán” pero nosotros, que los representamos y defendemos, no vamos a permitir en silencio ese juego mediático-político de usarnos en sus disputas y que sean nuestros trabajadores las víctimas en forma de sanción. Tan responsable es el Gobierno como los partidos de la oposición y los medios de comunicación, porque hace años venimos denunciando la deriva iniciada por los gobiernos socialistas de ataques a los derechos civiles de los ciudadanos y no aceptamos que calmen sus conciencias descargando sus complejos sobre trabajadores de la seguridad pública.

José Manuel Sánchez Fornet