Eso dice el rico refranero español de una persona que miente contra toda
evidencia. Judas Iscariote fue uno de los 12 apóstoles de la tradición bíblica
que entregó a su maestro, Jesús de Nazaret, con un beso en la mejilla a cambio
de 30 monedas. Según los evangelios canónicos siguió a Jesús por Judea y
Galilea hasta que decidió traicionarlo. Algún Judas, macho y hembra, he
conocido en mi vida.
Más falsa que Judas es la verdad oficial del pensamiento único sobre que las denuncias falsas son el 0,0001% de las presentadas. Como cuestión previa, que siempre dejo claro para que no confundan a quienes consideramos la violencia en la pareja como terrorismo machista, un delito de los más graves, odiosos y repugnantes que puedan producirse con los que niegan que exista ese problema. Existen alimañas de dos patas que torturan a su pareja y deben ser exterminados de la sociedad. Lo que ocurre es que hay alimañas con faldas que usan una legislación brutal, injusta, indecente en un estado de derecho, para denunciar ser víctima de maltrato sin serlo. En muchos de los conflictos familiares que acaban en separación, los abogados, muchos de ellos, aconsejan a la mujer que denuncie por malos tratos a su pareja porque eso ya le proporciona ventaja en el procedimiento.
Basta ver los datos para conocer la magnitud de la mentira, el Judas
mediático y político de esta falsedad que mantienen y engordan porque hay miles
de personas y muchos millones de euros en esta estrategia. Si un año se
denuncian 120.000 casos de maltrato y hay solo 10.000 condenas ¿Qué ocurre con
las otras 110.000? ¿Son falsas? ¿La justicia tiene un agujero negro en estas
denuncias? ¿Hay más de 100.000 maltratadores que quedan impunes y el Gobierno,
los fiscales, jueces, abogados... lo toleran? No, ocurre que esa inmensa
mayoría de denuncias son archivadas porque no hay pruebas y en la mayoría de
ellas los indicios señalan a que nunca hubo maltrato y es una denuncia falsa.
Entonces ¿Por qué los hombres no denuncian a sus parejas por denuncia falsa?
Porque no pueden. Para revertir una denuncia tiene que producirse el archivo
libre de la misma, es decir, que eres declarado inocente. El 99,999% de los
jueces (ahora verán de que sale ese dato falso que dan, el 0.0001%) decretan el
archivo PROVISIONAL, es decir, no hay pruebas pero lo dejan en esa situación
por si aparecen después, lo que impide legalmente a los hombres denunciar por
denuncia falsa. ¿Por qué lo hacen así los jueces? aparte de por convicción en
algunos casos, en la mayoría por su propia seguridad ¿Se imaginan un hombre que
haya sido declarado inocente definitivamente, que haya engañado a la justicia,
y que asesine a su pareja?
Esta es la realidad que el pensamiento único niega y quiere hacernos
comulgar con ruedas de molino, y si te niegas a tragarla eres un machista y un
fascista.
Digo más; de los 10.000 hombres condenados, la inmensa mayoría son inocentes.
Sí, son sentencias de mutuo acuerdo. Enfrentados a una denuncia falsa,
acusados, sabiendo que van a ser condenados, aceptan un acuerdo menos gravoso.
Son legalmente robados, maltratados, vapuleados por la justicia de un país que
se está convirtiendo en una piltrafa cochambrosa sin ley ni justicia.
Esto es lo que según el pensamiento único no se puede decir. Y como es una cuestión de justicia y decencia, aquí queda dicho. Un maltratador es un terrorista miserable. Los políticos, medios de comunicación, las denunciantes en falso, los abogados, fiscales, jueces... que conocen esa situación y lo toleran no son moralmente mejores que los terroristas domésticos. Son de la misma calaña. Y los que secundan a los anteriores por estar a favor de corriente, por seguir la doctrina de su partido, por cobardía o por cualquier otra razón, también.
Esto es lo que según el pensamiento único no se puede decir. Y como es una cuestión de justicia y decencia, aquí queda dicho. Un maltratador es un terrorista miserable. Los políticos, medios de comunicación, las denunciantes en falso, los abogados, fiscales, jueces... que conocen esa situación y lo toleran no son moralmente mejores que los terroristas domésticos. Son de la misma calaña. Y los que secundan a los anteriores por estar a favor de corriente, por seguir la doctrina de su partido, por cobardía o por cualquier otra razón, también.